La esquizofrenia es una enfermedad mental grave que anula la capacidad de quienes la sufren de diferenciar lo real de lo irreal; pensar de manera lógica, tener respuestas emocionales o comportamientos normales ante los demás, algunos de los síntomas son: ideas delirantes, alucinaciones, lenguaje y comportamiento desorganizado o catatónico y deterioro del pensamiento.
Según un trabajo publicado en el 'American Journal of Psychiatric', entre el 55% y el 88% de los varones y entre el 30% y el 94% de las mujeres con esquizofrenia experimentan algún tipo de disfunción sexual mientras toman antipsicóticos, como Deseo sexual hipoactivo, Disfunción eréctil, Anorgasmia femenina, Eyaculación retardada, Aneyaculación y Disminución o aumento de la libido. Este es uno de los motivos principales por los que abandonan el tratamiento. En una revisión de 21 estudios relacionados con la suspensión de la terapia, el promedio de interrupción fue del 41%. Y esta tasa de abandono se duplica al segundo año de consumo.
Otra de las dificultades a la que se enfrentan los facultativos es la de "encauzar" la conducta sexual mal adaptada. La alta prevalencia de abusos sexuales en estos pacientes psiquiátricos graves, más en las mujeres que en los hombres, los efectos secundarios de la medicación y su vulnerabilidad psíquica dificultan el establecimiento de relaciones íntimas sanas.
Se considera que entre un 8% y un 24% de los enfermos tienen algún tipo de expresión comportamental de la sexualidad mal adaptada, como puede ser exhibicionismo, mantener el uso de relaciones sin preservativo, practicar sexo en público o permitir que abusen de ellos, entre otros.
Los motivos de esa elevada incidencia son: conductas sexuales de alto riesgo, múltiples compañeros de relaciones íntimas transitorias y desconocimiento de las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), estas últimas se elevan en este colectivo debido a el intercambio de sexo por dinero, el uso de drogas, la presencia de déficits cognitivos, que provocan por ejemplo impulsividad y falta de control, o el deseo de algunas mujeres de quedar embarazadas.
El aislamiento y la falta de habilidades sociales, las limitaciones farmacológicas y socioculturales actúan como barreras a la expresión sexual de los pacientes psiquiátricos crónicos. La propia sintomatología de la enfermedad va a condicionar la conducta sexual del esquizofrénico.
Las alteraciones del afecto y la volición con la aparición de aplanamiento afectivo, anhedonia, apatía y la dificultad de las relaciones interpersonales, y en general el deterioro global del individuo, van a entorpecer el desarrollo o el mantenimiento de relaciones sexuales satisfactorias. Es evidente, por otra parte, que la hospitalización y la institucionalización aumentan las limitaciones.
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Sexualidad en la Esquizofrenia, del prejuicio a la realidad
A tener en cuenta
* La comunidad científica comienza a valorar que las relaciones íntimas contribuyen al bienestar del enfermo y a su integración
* La disfunción sexual es uno de los efectos secundarios más frecuentes de algunos antipsicóticos.
* Se debe proporcionar educación sexual a los enfermos y actualizar los conocimientos de la profesión médica en este campo.
* Sus factores genéticos y los efectos secundarios de algunos fármacos disparan la prevalencia de síndrome metabólico, diabetes y patología cardiaca. Además, algunas terapias causan aumento de peso, lo cual favorece la aparición de alguna disfunción sexual.
* Los componentes esenciales de la terapia son: los fármacos, la educación, las intervenciones psicológicas y la rehabilitación social. Por lo que se debe de trabajar en forma multidisciplinaria.
* Es importante que las empresas farmacéuticas se interesen por la calidad de las relaciones sexuales y que por lo tanto desarrollen medicamentos que brinden la misma eficacia con menos efectos secundarios y de esta manera evitar el abandono de la farmacoterapia, la cual es importante en el tratamiento de la esquizofrenia.
La vida sexual de los pacientes psiquiátricos siempre ha sido desestimada por los profesionales de la salud. Una de las razones por las que se ha pasado de largo sobre este campo es que, hasta hace relativamente poco tiempo, la atención asistencial estaba enfocada casi exclusivamente al tratamiento, olvidando otras necesidades del enfermo.
Sin embargo, la vida sexual sana y satisfactoria contribuye tanto al bienestar del individuo como a la reintegración de la población psiquiátrica y son los propios afectados los que muestran preocupación por su funcionamiento sexual en la consulta. Los prejuicios existentes en torno a que el paciente grave no tiene vida sexual, la falta de información de los especialistas en esta materia y la extensión a la población femenina psiquiátrica del concepto que niega el disfrute sexual de la mujer, han postergado el interés médico en esta faceta.